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El Perdón para el pecado y la Seguridad de la Paz con Dios

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martes junio 28, 2016

Mi estimado lector:

El propósito de este folleto es que,  por medio de la bendición de Dios, usted pueda llegar a aceptar a Jesucristo como su Salvador;  o si ya ha aceptado a Jesucristo,  que pueda estar convencido que ha obtenido la vida eterna.

Desearla que leyera este folleto según lo indicado para que pueda beneficiarse al máximo de él.

Léalo cuando esté a solas con Dios y no cuando otras personas le puedan distraer.

Léalo lentamente. De nada le sirve leer este folleto apresuradamente. Léalo con devoción pidiéndole a Dios que éste sea el medio para llegar a Cristo.

Léalo para usted y no para otros.

Aplíquelo para sí mismo.

Y antes de que termine de leer este folleto espero que pueda decir:

"Porque yo sé a quien he creído,  y estoy convencido de que él es poderoso

para guardar mi depósito para aquel día." 2 Timoteo 1:12.

William J. Patton.

Este folleto está compuesto principalmente por fragmentos del famoso libro "El Perdón y la Seguridad" por William J. Patton,  de Dromara, Co. Down.  Irlanda del Norte.

 

 

¿Por qué los Cristianos son felices?

Por William J. Patton

 

   Ellos son perdonados y salvos. Cuando un hombre ve que ha pecado contra Dios miles de veces y que sus pecados merecen el infierno;  cuando ve que Jesucristo le ha amado y ha cargado el castigo de todos esos pecados y que,  por lo tanto,  ahora son perdonados y olvidados,   ¿no se alegrarla él? ¿No se alegra un marinero al ser rescatado de una muerte segura en alta mar?

lector,  ¿no estaría usted más que feliz si supiera que sus pecados le fuesen perdonados? En este momento no se atreve a pensar en la muerte, o en el juicio,  o en el infierno.  Cuando el Espíritu de Dios le trae estas cosas a la memoria,  usted trata de alejarlas,  la Biblia dice: "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada,   y ha sido cubierto su pecado."

Dios ama a los cristianos y ellos le aman.  Es un gozo para el cristiano saber que tiene a Jesucristo,  un amigo amoroso,  con él cada día y cada hora para guiarle,  cuidarle y suplirle todas sus necesidades.  San Pedro dijo de Jesús:  "A él le amáis,  sin haberle visto.  En él creéis;  y aunque no lo veáis ahora,  creyendo en él os alegráis con gozo inefable y glorioso."

Los cristianos mantienen una comunión con Dios;  hablan con Dios y Dios con ellos.

jQué alegría siente el cristiano al abrir su Biblia y decir: "Habla, oh Jehovah,  que tu siervo escucha."!  Y qué entusiasmo hay en una gran congregación donde se alaba y se adora a nuestro Padre celestial,   o al estar sentados a la mesa de Su Hijo con gran deleite.

Los cristianos están felices en vencer al pecado,   en agradar a Dios y en el hacer el bien a sus prójimos. La Biblia dice: "en guardarlos (los mandamientos de Dios)  hay grande galardón." Cuando un cristiano hace estas cosas para agradar a Jesucristo, su Salvador, ¡cuanto más gozo dan!

Y cuando Dios le da la oportunidad a un cristiano de llevar a un alma a Jesucristo,  haciendo que un pecador se convierta de su error en sus


caminos,  y salvando a un alma de la muerte   (Santiago 5:20), le da cien veces más alegría que la satisfacción de cualquier mal deseo. McCheyne dijo: "Cuan dulce es trabajar todo el día para Dios y luego descansar bajo Su sonrisa.

Los cristianos están felices al pensar en el cielo como su hogar eterno. Para estar por siempre en la casa de nuestro Padre,  donde hay muchas moradas. Para estar donde no hay llanto,  quejido o dolor.  Para estar por siempre con el Padre quien nos amó,   con Su Hijo quien murió por nosotros y con el Espíritu Santo quien nos llevó al pie de la cruz. Para estar por siempre con los santos ángeles quienes acampan alrededor de nosotros en la tierra. Para estar con nuestros queridos amigos quienes se durmieron en Cristo.

Los cristianos están felices en la muerte. La muerte es para ellos que el mismo Señor Jesucristo viene y se los lleva consigo a Su hogar. Payson dijo al morir: "Puedo ver completamente la ciudad celestial.  Su gloria brilla sobre mí,  sus brisas soplan sobre mí y su espíritu es soplado suavemente dentro de mi corazón."

 

El amor de Cristo por los pecadores

 

En Lucas 15 Jesús se describe a sí mismo como el Buen Pastor, quien siguió a una oveja perdida hasta conseguirla. Entonces la puso alegremente en sus hombros y llamó a sus amigos para que se gozacen con él,   ya que había encontrado a la oveja perdida.   ¡Ojalá usted dejara que él le cargue en Sus hombros hoy mismo! Él se regocijaría y llamaría a Sus ángeles para gozarse con él.  Lucas 15:10.

El amor de Jesús por los pecadores se podía ver durante Su vida en la tierra. Él,   quien estaba en la forma de Dios,  se hizo por nuestra causa alguien sin reputación;  tomó la forma de un siervo;  nació de una virgen hecho a la semejanza de los hombres. Recordemos que él sigue siendo el mismo Jesús:   "el mismo ayer,  hoy y siempre."

Vea la mujer pecadora quien vino a Jesús  (en Lucas 7).  Lavó Sus pies con sus lágrimas y los secó con sus propios cabellos.  Jesús no la echó fuera. En cambio dijo:  "Sus pecados,  que son muchos,  le son perdonados." Esta mujer pecaminosa quien se apartó de sus pecados para seguir a Jesús, fue perdonada gratuitamente por Su gracia.

Ves también a Zaqueo el recaudador de impuestos y usurpador.  Trepó en un árbol de sicómoro porque quería ver pasar a Jesús.  Jesús alzó la vista y dijo:   "Zaqueo,  date prisa,  desciende;  porque hoy ha venido la salvación a tu casa." Zaqueo descendió a prisa y dijo:   "He aquí,  Señor,  la mitad de mis bienes doy a los pobres;  y si en algo he defraudado a alguno,   se lo devuelvo cuadruplicado." Esta era la evidencia que su corazón había cambiado y que sus pecados habían sido borrados.  Y Jesús sigue siendo el mismo hoy.

Mire a Jesús en el día de Su muerte. Después de ser clavado en la cruz, oró:   "Padre,  perdónalos,  porque no saben lo que hacen." Uno de los milagros en ese día fue la conversión del ladrón moribundo,  quien oró: "Jesús,  acuérdate de mí cuando vengas en tu reino." La respuesta de Jesús fue inmediatamente:   "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso." En la mañana este hombre todavía estaba lleno de pecados; en la tarde fue salvado por Cristo;  en la noche estaba con Jesucristo en el paraíso. En pocas horas fue  justificado,  santificado y preparado para el cielo.   ¡Qué grande es la misericordia del Señor Jesús para con las personas malas!


Observe ahora a Jesús en el Calvario.  ¿Para quién murió? Cristo murió, no por las personas buenas,  pero por los impíos. Romanos 5:6.  La Biblia dice:   "Pero él fue herido por nuestras transgresiones,  molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él,  y por sus heridas fuimos nosotros sanados. Pero Jehovah cargó en él el pecado de todos nosotros." Isaías 53:5,6.

Jesucristo llevó nuestros pecados en Su propio cuerpo sobre el madero. 1 Pedro 2:24.  Las dolencias de Su cuerpo durante esas horas fueron extremas,  sin embargo las dolencias principales fueron las de Su alma. Se hizo pecado por nosotros,  Él quien no conoció pecado.  Y debido a nuestros pecados que fueron puestos sobre Él,  Su Padre volvió Su rostro de él, hasta que exclamó:   "Dios mío,  Dios mío,   ¿por qué me has desamparado?" ¡Qué grande es el amor de Jesucristo por los pecadores! Él sufrió todo esto para salvar a los pecadores. ¿Qué hizo la diferencia?

Hace cinco años habían dos hombres en este país que ahora están muertos. Uno de ellos está en el cielo;  el otro en el infierno.  ¿Cuál era la diferencia entre ellos? La diferencia era que uno de ellos vio que era un pecador,  y que Jesús fue sacrificado por él como su Salvador. Aceptó a Jesús como su Salvador y de allí en adelante vivió una vida santa. Cuando murió,   fue al cielo.

El otro hombre decidió que algún día aceptaría a Cristo como su Salvador, sin embargo pospuso su decisión. Entretanto rechazaba al único Salvador. Murió en sus pecados y ahora está en el infierno lamentando su locura en desatender una salvación tan grande.   "Aún le queda suficiente tiempo"; esta es le mentira más grande de Satanás.

 

¿Qué es el pecado?

 

Veamos el pecado a la luz de la Biblia,  en la luz de la santidad de Dios. Cuando Isaías vio Su santidad exclamó: "¡Ay de mí,  pues soy muerto! Porque siendo un hombre de labios impuros,  mis ojos han visto al Rey, a Jehovah de los Ejércitos." Dios es un Dios amoroso,  pero Su amor es el amor de un Dios santo. Nos ha mostrado un camino en Jesucristo por medio del cual puede perdonar al pecador más culpable.  Sin embargo,  no puede perdonar sino por medio de Jesucristo.

Vea el pecado a la luz de los juicios de Dios sobre él.  Lea la Biblia por encima y verá cuánto aborrece Dios al pecado. Echó fuera del cielo a los ángeles que cayeron en pecado,  porque aborrece el pecado.  Expulsó a Adán y a Eva del Edén,  porque aborrece el pecado. Mantuvo al mundo entero bajó el Diluvio hasta que todas las personas estuvieran ahogadas, porque aborrece el pecado.  Y este mundo que ha sido contaminado con el pecado, un día será consumido por un fuego ardiente.  ¿Por qué? Porque Dios aborrece el pecado.

Vea el pecado a la luz del castigo eterno.  En Mateo 25 Jesús dijo sobre un gran grupo de personas: "Estos irán al tormento eterno." En la Biblia se utiliza la misma palabra para describir el sufrimiento eterno de los perdidos en el infierno,  y la felicidad eterna del pueblo de Dios en el cielo. Ambos serán por siempre. ¿Cuánto tiempo durará? ¿Ha pensado alguna vez en la duración de la eternidad? Un notable escritor dijo: "Supongámonos que algún pequeño insecto tiene que cargar este mundo con sus diminutas bocanadas hasta la estrella más distante. Se requeriría cientos de millones de años para la ejecución de un solo viaje. El insecto comienza desde la hoja de un árbol,  toma su pequeña carga y emprende su casi interminable viaje. Después del transcurso de millones y millones de años,  al fin regresa por su segunda carga. ¡Cuántos siglos han de pasar antes de que se haya transportado una sola hoja!  ¿En qué periodo de tiempo sería llevado todo el árbol? ¿Cuándo


desaparecería el bosque entero? Y, ¿cuándo tomaría el insecto la última partícula de este globo para cargarlo en su tan largo viaje? Aun entonces la eternidad apenas habrá comenzado." ¿Qué es el castigo eterno? Es la expresión del aborrecimiento de Dios hacia el pecado.

Vea el pecado a la luz de la muerte de Jesucristo como expiación por el pecado.  Si otra cosa,  aun menor,  pudiera haber expiado el pecado en lugar que la muerte de Cristo,  Dios hubiera escatimado a Su único Hijo. Imagínese a Jesús hendiendo con Sus gritos la quietud de la noche y mojando la tierra herbosa con sudor en forma de sangre al exclamar tres veces:   "Padre mío,  de ser posible,  pase de mí esta copa. Pero,  no sea como yo quiero,  sino como tú." Aun cuando Dios le dio la fuerza para poder cargarla,  iqué agonía debió llevar Jesús cuando exclamó esto! Si hubiese sido posible que pasara esta copa de Él y que nosotros, pobres pecadores,  pudiésemos ser salvos sin ella,   Sus plegarias hubiesen sido contestadas.  Sin embargo,  no era posible.  Dios tuvo que mostrar Su desaprobación del pecado,  aun cuando éste fuera cargado por Su propio Hijo. Por lo tanto,  volvió la cara de Él,   hasta que Jesús exclamó: "Dios mío,  Dios mío,  ¿por qué me has desamparado?"

Vea el pecado a la luz de la bondad y el amor de Dios para con usted. Es un pecado si golpea a su enemigo.  Si golpea a un amigo,  entonces es un pecado mayor.  Sin embargo,   si levanta su mano y golpea a su padre amoroso,  es aún un pecado mucho mayor. Entonces, ¿cuan pecaminoso sería pelear contra un Dios tan bueno como es el Señor? ¿No le ha colmado de Su gracia amorosa y misericordias afectuosas desde el día en que usted llegó al mundo?

¡Cuántas veces ha tocado Jesús a la puerta de su corazón con el deseo de entrar y llevar su culpa y morar en usted por medio de Su Espíritu y hacerlo santo!  Ha tocado por las oraciones de su madre. Ha tocado por las instrucciones de su maestro. Tocó cuando usted se encontraba en una situación difícil. Tocó una y otra vez por la predicación del Evangelio. Tocó cuando algunos de sus compañeros se convirtieron. Tocó cuando usted estaba enfermo. No importa cuan pecaminosas hayan sido sus faltas contra un Dios tan bueno,  quien le ha dado tales oportunidades.

Vea especialmente su pecado a la luz de lo que involucra su rechazo a Jesucristo. El pecado más grande de todos, el pecado mortal, es el que usted no venga a Jesucristo. Dios ha mandado a Su Hijo para buscarle y salvarle. Está tan satisfecho con la muerte de Cristo por los pecadores, que verdaderamente se deleita en perdonar a los pecadores por la causa de Jesucristo. Aun así usted hasta este momento no ha aceptado a Su Hijo. ¡Ojalá viera el pecado de rechazar a Jesucristo, de pisotear Su sangre, de precipitarse en el infierno sobre Su cadáver - de decir: "No, no te acepto como mi Salvador."!

"A menos que uno nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Así le dijo Jesús a Nicodemo tres veces en una noche. Lector: ¿Nació usted de nuevo? ¿Ha experimentado alguna vez un cambio que podría ser llamado un nuevo nacimiento? Usted nace de nuevo al aceptar a Jesucristo como su Salvador personal. "Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios." Juan 1:12.

 

El alma perdida

 

La Biblia dice: "La paga del pecado es muerte," y "El alma que peca, ésa morirá." La muerte aquí incluye todo lo que Dios impone a un pecador perdido como resultado del pecado.

Todo pecador "ya ha sido condenado" aun cuando vive. Juan 3:18. Usted es como un hombre condenado a morir por homicidio que está en la cárcel


esperando el momento de la ejecución. El mensajero de Dios, la muerte, puede venir pronto a llamarle.

La ira de Dios permanece sobre usted. Juan 3:36. Dios está enojado con los perversos a diario.

Usted es un hijo del diablo y su esclavo. El diablo es el gran enemigo de Dios y del hombre. Intenta arruinar su cuerpo y su alma. Él es su amo. Usted está diariamente haciendo lo que el diablo quiere que haga. Y de todos los amos, él es el más cruel.

Usted morirá algún día, y ese día puede ser muy pronto y puede llegar muy repentinamente. ¿Y qué sucede al morir? Los demonios dan vueltas sobre el lecho de muerte del pecador,  y en cuanto muere, lo toman y lo llevan al abismo sin fondo.

Vendrá el día cuando escuchará la trompeta de Dios, y se levantará de su tumba.  Si usted murió sin Jesucristo, su alma condenada será obligada a entrar en su cuerpo condenado y usted tendrá que presentarse frente al Señor en el juicio. Se abrirá el libro de Dios. Cada mala palabra que usted haya expresado y cada mala acción que haya hecho, será leída frente a todo el mundo congregado. Y oirá la voz de Jesús diciendo: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles." "Entonces irán éstos al tormento eterno." Sí,  usted abandonará a sus devotos padres, a sus seres queridos, su hogar, su día de descanso, sus reuniones, etc. para ir al tormento eterno.

Pensemos en algunos gusanos que estarán torturándole en el lugar de tormento.  Un gusano serán sus pasiones perversas que nunca serán satisfechas en el infierno.

Otro gusano será su memoria. Recordará los momentos cuando estuvo cerca del reino de Dios. Y ahora está perdido por siempre.

Otro gusano serán sus compañeros en el tormento, criaturas perversas y horribles. Encontrará allí a personas a quienes usted llevó al pecado y ellos lo maldecirán por siempre.

Y esto será eternamente. Este es el aguijón de la maldición. Dice la Biblia: "El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás." Si después de millones de años hubiera alguna posibilidad de ser liberado, entonces hubiese esperanza en el infierno. Pero no habrá alguna. No hay esperanza en el infierno. ¡La eternidad!  ¿Ha pensado alguna vez en estar en el infierno durante toda una eternidad infinita? ¿Y después qué?

Un día en una universidad, un joven le contaba a su profesor sus planes para el futuro. Le dijo que iba a estudiar para llegar a ser un abogado. "¿Y después qué?" le preguntó el profesor. "Después estudiaré para mi grado de doctor." "¿Y después qué?" "Luego manejaré algunos casos difíciles y ganaré una gran reputación." "¿Y después qué?" "Después seré promovido a algún cargo importante y me volveré rico." "¿Y después qué?" "Entonces viviré en abundancia y dignidad."  "¿Y después qué?" "Y después... después... moriré." Aquí el profesor alzó su voz y le preguntó en voz alta: "¿Y después qué?" El joven no respondió; inclinó su cabeza y se fue. Poco después dio su vida a Jesucristo y vivió una vida santa y eficaz.

 

14 bendiciones en Jesucristo

 

Quiero que sepa qué es lo que obtiene al aceptar a Jesucristo como su Salvador. No lo que obtendrá después de unos años, pero lo que recibe tan rápidamente como el destello de un relámpago, en el momento cuando por fe confía que Jesús es su Salvador. Recibirá estas bendiciones para comenzar y para llevarle adelante en su viaje al cielo.


Obtendrá un perdón completo y gratuito por todos sus pecados. Lea Hechos 13:38,39. "Por lo tanto, hermanos, sea conocido de vosotros que por medio de él se os anuncia el perdón de pecados. Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree." "En él", en Jesucristo. "Todo aquel que cree", no solamente algunos. "Es justificado", esto significa que son perdonados gratuitamente.

Sus pecados le son quitados. Dios dice que sus pecados son echados tras Sus espaldas donde Él no los puede ver. Isaías 38:17. Asimismo dice: "Tan lejos como está el oriente del occidente, así hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones." Salmo 103:12. ¿Cuan lejos es el oriente del occidente? Además dice: "Nunca más me acordaré de los pecados e iniquidades de ellos." Hebreos 10:17. Los pecados no solamente son perdonados, sino también olvidados.  Dios dice que usted está limpio "más blanco que la nieve." Salmo 51:7.

3 Usted goza de la buena voluntad de Dios. Su ira cambia y usted es "acepto en el Amado." Efesios 1:6.

Todos sus pecados son colocados sobre Cristo, todos Sus méritos son ahora suyos y usted es hecho "justicia de Dios en él." 2 Corintios 5:21. Usted se convierte en un Hijo de Dios. Tiene a Dios como su Padre. "Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12.

Dios le ama, y se deleita en guiarle, protegerle y proveerle en sus necesidades.  Jesús oró: "Para que el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado, como también a mí me has amado." Juan 17:23. "Mirad cuan grande amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios." 1 Juan 3:1.

Usted recibe al Espíritu Santo quien morará en usted y le facilitará vivir una vida santa.   ¡Dios habita hasta en el creyente más débil! "¿No sabéis que sois templo de Dios,  y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" 1 Corintios 3:16.

Usted recibe un nuevo corazón y una nueva naturaleza.  "Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros." Ezequiel 36:26. Él le permitirá conocer Su voluntad,  amar Su voluntad y hacer Su voluntad.

Usted recibe contrición y arrepentimiento divino del pecado. Hechos 5:31.  "A éste, lo ha enaltecido Dios con su diestra como Príncipe y Salvador,  para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados."

Usted recibe poder para amar a Cristo.   "Nosotros amamos,  porque él nos amó primero." 1 Juan 4:19.  Amor engendra amor.  Cuanto más ve de Su amor para usted,   cuanto más usted le amará.

Recibirá poder para orar en el nombre de Jesús.  Sus méritos le son cedidos a usted;  puede llegar a Dios en Su nombre y exigir el cumplimiento de Sus promesas.

Usted recibe el poder para hacer buenas obras y agradar a Dios. Lo primero que usted hará en la vida para agradar a Dios es aceptar a Cristo como su Salvador. Después de esto,   sus obras y servicio le son agradables.

Usted recibe las hermosas promesas de la Biblia como suyas.  "Porque todas las promesas de Dios son en él "sí";  y por tanto,  también por medio de él,   decimos  "amén" a Dios,  para su gloria por medio nuestro." 2 Corintios 1:20.   ¡Qué riquezas hay en estas promesas!

Usted recibe vida eterna.  Jesús dijo:  "De cierto,  de cierto os digo: El que cree tiene vida eterna." Juan 6:47.  Usted recibirá el cielo como hogar.  Jesús dijo:   "En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera,  os lo hubiera dicho. Voy,  pues,  a preparar lugar para vosotros. Y


si voy y os preparo lugar,  vendré otra vez y os tomaré conmigo;  para que donde yo esté,  vosotros también estéis." Juan 14:2,3.

Usted recibe todas estas bendiciones en el momento cuando usted acepta a Jesucristo como su Salvador. El apóstol Pablo habla de "las inescrutables riquezas de Cristo."   ¡Qué riquezas en color,   fragancia y belleza se encuentran escondidas en un botón de rosa,   esperando a ser reveladas a su debido tiempo!   jCuánto más inescrutables son las riquezas en Cristo!

"Señor, sin Ti somos pobres, tengamos lo que tengamos; mas, teniéndote a. Ti somos ricos;  toma lo que quieras.

 

La salvación gratuita para todos

 

Cuando el arca de Noé estuvo terminada,  él y su familia tuvieron que entrar en ella,  de otra manera morirían en el Diluvio. Era solamente un paso,  sin embargo tenia que ser tomado.

Cuando el ángel destructor pasó por Egipto,  pasó de  largo de cada puerta donde había sangre salpicada. De la misma manera tiene que estar la sangre de Jesucristo salpicada en su corazón.

AI igual que la ofrenda quemada era sacrificada para expiar el pecado, tenemos que confesar sinceramente nuestros pecados a Dios y ponerlos sobre Jesús;  de lo contrario no podemos ser salvos.

¿Cómo recibe usted la muerte de Jesucristo como una expiación por sus pecados? Simplemente al tomarla por fe,  en sencilla confianza en Sus firmes promesas.  Jesús le ofrece en este momento Su muerte como una expiación por todos sus pecados.

Tomar esta oferta de perdón sencillamente significa confesarle sus pecados a Él y luego decir:   "Señor Jesús,   Tú me ofreces Tu muerte para expiar mis pecados.  Aquí y ahora acepto Tu oferta. Acepto Tu muerte como expiación por mis pecados y Te acepto como mi Salvador." Un día un débil pobre hombre caminaba por un camino cargando una pesada carga. Poco a poco se le acercaba un hombre fuerte,  quien le dijo "Esa carga es demasiado pesada para usted;  démelo a mí,   yo lo cargaré por usted y le daré descanso de ella." Entonces el débil pobre hombre le entregó la carga al hombre fuerte.  De la misma manera cargaba yo con el peso de mis pecados,   Jesús se me acercó y me dijo:   "Echa tu carga sobre Jehovah,  y él te sostendrá," y yo solamente le di mi carga del pecado a Él y Él la tomó.

Si usted le busca en sencilla fe,  pronto dirá con gozo:   "Hallé al que ama mi alma." Lea las promesas en 2 Corintios 5:20,21.  Jesús fue hecho pecado por nosotros;  nosotros somos hechos  justicia de Dios en El; Dios nos ruega de estar reconciliados con Él;  Jesús nos lo pide; éstas son promesas para animarle a recibir por la fe el regalo de Dios:  La vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

Temores sin fundamento

 

Usted puede ser tentado a pensar "mis pecados son demasiado grandes para ser perdonados." Sin embargo,  piense en el sufrimiento de Cristo y crea lo que dice Dios:  "La sangre de Jesucristo,  Su Hijo,  nos limpia de todo pecado."

Piense en 1 Corintios 6:9,10.   "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis:  que ni los fornicarios,   ni los idólatras,  ni los adúlteros,  ni los afeminados,  ni los homosexuales, ni los,   ladrones,  ni los avaros,  ni los borrachos,  ni los calumniadores, ni los estafadores,  heredarán el reino de Dios."   ¡Que catálogo más oscuro!


Pero no se pare allí. Continúe leyendo:   "Y esto erais algunos de vosotros,  pero ya habéis sido lavados,  pero ya sois santificados,  pero ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios." Mientras que estos versículos permanezcan en la Biblia,  nunca abandone la esperanza de su propia salvación,  o de la salvación de cualquier hombre en vida. No piense más en lo que es, pero en cuan maravilloso Salvador es Jesús.

 

El momento de fe

 

No hace mucho caminaba con un joven.  Le pregunté cómo había Negado a Jesucristo y me contestó:  "Una prima me escribió,  pidiéndome que la visitara,  y yo fui.  Mi prima no me habló directamente sobre mi alma; sin embargo me contó cómo otra joven había llegado a Cristo.  "Tom",  me dijo, "esta joven realmente anhelaba ser salva,  pero descubrió que no se podía salvar a sí misma por medio de todas sus actividades y esfuerzos. Entonces ella comprendió que Jesús fue herido por sus transgresiones y mol ido por sus pecados y que Él había llevado sus pecados en Su propio cuerpo sobre el madero. Ella vio que no tenía que cargar con el castigo por sus pecados,  si ella estaba dispuesta a dejar al Señor cargarlos por ella.  Jesús ya había terminado la obra.

Ella descubrió que solamente tenía que orar:  "Gracias Señor Jesús. Ahora acepto Tu muerte como expiación por mis pecados y te acepto como mi Salvador." Ella simplemente descansó sobre Cristo y Su muerte para el perdón;  tendrías que haber visto cuan feliz estaba con Jesucristo." Luego dijo:   "Ahora,   Tom,   ¿no te gustaría saber que tus pecados te son perdonados?" Yo de veras estaba completamente deseoso de ser salvo. Nos arrodillamos y ella oró. Pronto creí realmente que estaba descansando en Cristo y me sentí casi obligado a levantarme de mis rodillas y decir: "¡Yo creo!  i Yo creo!". Pero el diablo parecía susurrar:  "No te pongas en ridículo. Es un engaño,  una mera emoción,  una excitación pasajera." Entonces el Espíritu de Dios empezó a obrar nuevamente en mi corazón y a mostrarme que Cristo estaba dispuesto a tomar mis pecados y salvarme. Me levanté de un salto y dije:   "¡Yo creo!   ¡Yo creo!" Mi prima también se levantó y se regocijó conmigo en el Salvador.

Luego ella empezó a contarme sobre los planes del diablo,   y cómo él trataría de engañarme.   "Tom",  me dijo,   "mañana temprano,  el diablo con seguridad te dirá que todo fue un engaño.  No hay nada mejor que un versículo bíblico cuando se está peleando contra el diablo. Dile: "Cristo,  Él mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero"   (1 Pedro 2:24),  o "al que a mí viene,   jamás lo echaré fuera." (Juan 6:37).  Dile que confías en Jesucristo y que siempre confiarás en Él.  "Nuevamente ella me dijo que el diablo seguramente inspiraría malos pensamientos en mi mente,  y después me diría que simplemente era tan malo como siempre. Ella también me dijo que el diablo me diría que yo indudablemente caería. Entonces yo le tendría que decir que tenía razón, que yo no podría mantenerme en pie por mí mismo,  pero que m¡ Salvador Jesús había prometido que Él me guardaría sin caída   (Judas 24)  y que su nombre fue "Jesús,  porque él salvará a su pueblo de sus pecados." (Mateo 1:21).

Luego,  le conté a mi hermano todo lo que había aprendido sobre Jesús, y él no tardó mucho en convertirse. Desde entonces,  hemos,  sido de gran ayuda el uno para el otro.  Mi hermana menor,  quien años después falleciera,   a su vez pronto se convirtió a Cristo."

Ahora,  mi querido lector,   ¿comprende usted que Dios está tan satisfecho con la muerte de Cristo en la cruz por los pecadores,  que está dispuesto a perdonarle en este momento por la causa de Cristo.  Usted no necesita hacer cosa alguna para expiar sus pecados,   si está dispuesto a aceptar a


Jesucristo. Cristo está en este momento a su lado, pidiéndole que le deje tomar sus pecados y cargarlos por usted.

Haga lo que Él le está pidiendo:   "Venid a mí,  todos los que estáis fatigados y cargados,  y yo os haré descansar."   (Mateo 11:28). Venga a Él en este momento.

 

LA BIBLIA

 

Este libro contiene: La mente de Dios,  el estado del hombre,  el camino de Salvación,  la muerte de los pecadores y la felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son santas,  sus mandamientos son obligatorios, sus historias son verdad y sus decisiones son inalterables.  Léala para ser sabio,  crea en ella para ser salvo y póngala en práctica para ser santo. Ella contiene luz para guiarle,  alimento para reforzarle y consuelo para alentarle. Es el mapa del viajero,   el bastón del peregrino,  la brújula del piloto,   la espada del soldado y la carta del cristiano.

 

La santidad por la fe en Jesús

 

La santificación es la obra del Espíritu de Dios que habita en el corazón.  Sin embargo,   ¿cómo hace el

Espíritu de Dios esto? Lo hace al volver los ojos del creyente hacia su Salvador vivo y amoroso. Al final

del capítulo siete de la epístola a los Romanos,  Pablo pregunta: "¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" Luego viene la respuesta: "¡Doy gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!".

Recuerde cómo usted se convirtió. Fue el trabajo del Espíritu de Dios: Él volvió sus ojos hacia Jesús quien murió en la cruz por los pecadores y le mostró cuan dispuesto Él estaba para salvarle.  Y en el momento cuando usted se convirtió usted estaba pensando en Cristo.

Asimismo,  cuando el Espíritu de Dios santifica,  vuelve nuestros ojos hacia Jesús.  Pablo no preguntó "¿qué me librará?".  Ningún qué puede librarnos,  sin embargo hay un Quién: un Salvador,  vivo y amoroso, quien sí puede,   "iDoy gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!". En 1 Corintios 1:30 se nos enseña la misma verdad.  Estamos en Cristo y Cristo en nosotros.  No tenemos sabiduría,   sin embargo Cristo es nuestra sabiduría. No tenemos justificación,  sin embargo la justificación de Cristo está disponible gratuitamente para nosotros ai igual que la luz del sol. No tenemos fuente de santidad en nosotros mismos,   sin embargo Cristo es nuestra santificación y redención.

En el momento cuando usted estaba en la capacidad de aceptar a Cristo, usted fue hecho uno con Cristo. Cristo murió y usted en Él. Cristo vive y usted en Éi.  Considérese muerto para el pecado y resucitado con Cristo. Revístase con Cristo. Deje que Él viva en usted.  Tenga comunión con Él y ámelo. Permanezca en Él y el pecado se caerá de usted. El alma que tiene a Cristo dentro de sí está emancipado: está libre. Cristo es la vid verdadera,   y usted es una rama.  Juan 15.  La vid verdaderamente se deleita en darle vida y fuerza a la rama.  La rama no crece y lleva fruto por sus grandes esfuerzos y luchas. Sencillamente permanece en la vid y saca fuerza y alimento de la raíz. De la misma manera Cristo se deleita en darnos a nosotros,  Sus ramas,   gracia y fuerza cada momento.

Jesucristo está aquí y Él ha adquirido la plenitud de Su Espíritu para cada uno de nosotros. Él simplemente se deleita en llenarnos cada momento. Él nos ordena:   "Sed llenos del Espíritu" y Él nos quiere llenar ahora.  ¿No tendríamos que creer,  sintiéndolo o no,   que él nos llena? Si actuáramos de esta manera,   no tardaría mucho para que Dios nos concediera experiencias que van mucho más allá de cualquier cosa que gozamos ahora.


Aquí hemos llegado al empleo de medios. Nunca podremos mantenernos dependiendo de Cristo día por día,  hora por hora,   a menos que usemos los medios de gracia.  Tenemos que unirnos a una iglesia evangélica donde se predique fielmente el Evangelio.  Tenemos que asistir a los cultos y tomar parte en la obra cristiana.  Tenemos que evitar los lugares de tentación y la compañía de aquellas personas que nos pueden hacer daño. Y tenemos que leer regularmente nuestras Biblias y orar. George MuIIer, en cada discurso que da,  procura grabar en sus oyentes la gran importancia de la lectura de la Biblia y de la oración. De hecho, no podemos crecer en gracia sin esto.  Es el secreto de la santidad, una mirada en Jesús durante toda la vida.

 

Cómo tener seguridad

 

La seguridad de la salvación es la obra del Espíritu de Dios. "El Espíritu mismo da testimonio Juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios." Romanos 8:16. El camino para obtener la seguridad es poner la mirada directamente en Jesús y venir a Él y verle como es dado a conocer en la Biblia.

Duncan Matheson dijo:  "Yo estaba en la capacidad de aceptar a Dios y Su palabra. No vi a nadie,  sino tan solo a Jesús ofreciéndome la salvación. Mi carga cayó de mi espalda y estaba salvo. No podía contenerme de la felicidad. Canté la nueva canción,   la salvación por medio de la sangre del cordero.  Sentí la tranquilidad de un pecador perdonado.  Sólo vi la persona de Jesús.  Lloré por mis pecados que lo habían clavado en la cruz y fueron lágrimas de verdadero arrepentimiento."

"De Él por siempre,   solamente de Él;   ¿Quién me podrá separar del Señor? ¡Con qué tranquilidad y felicidad puede Cristo el corazón amoroso llenar!"

 

El Pecador y el Salvador

 

Porque la paga del pecado es muerte. Rom.   6: 23. Dios,  sé propicio a mí,  pecador.  Lucas I 8:1 3. ¿Qué debo hacer para ser salvo? Hechos I 6: 30.

 

 El Salvador y el Pecador

 

La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Rom. 6: 23 Porque de tal manera amó Dios al mundo,   que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.  Juan 3:1 6.

El Pecador y el Salvador

Por tanto me aborrezco,  Y me arrepiento en polvo y ceniza.  Job 42   : 6 Esconde tu rostro de mis pecados,  Y borra todas mis maldades. Salmos 5 1: 9.

 

El Salvador y el Pecador

 

Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí,  porque yo te redimí.   Isaías 44: 22.

 

El Pecador y el Salvador

 

No me eches de delante de ti,  Y no quites de mí tu santo Espíritu.

Salmos 5 1:11.

26


El Salvador y el Pecador

 

Y al que a mí viene,   no le echo fuera.   ]uan 6: 37. El Pecador y el Salvador

Todos nosotros no descarriamos como ovejas. Isaías 53: 7.

 

El Salvador y el Pecador

 

¿Qué hombre de vosotros,  teniendo cien ovejas,  si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto,  y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,   la pone sobre sus hombros gozoso;  Lucas 15: 4, 5.

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.  Lucas 19: 10.

 

El Pecador y el Salvador

 

Muéstrame,  oh Jehová,  tus caminos;  Enséñame tus sendas.  Salmos 25: 4

 

El Salvador y el Pecador

 

Escudriñad las Escrituras.  Juan 5: 39

Toda la escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar, para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia.  2 Timoneo 3: 16.

 

El Pecador y el Salvador

 

Abre mis ojos,  y miraré las maravillas de tu ley.  Salmos 11 9:  I 8. No me dejes no me desampares,  Dios de mi salvación.  Salmos 27: 9

 

El Salvador y el Pecador

 

No te desampararé,  ni te dejaré. Hebreos 13: 5.

Con amor eterno te he amado; por tanto,  te prolongué mi misericordia,

jeremías 3 1:3.

¿Me amas? Juan 2 1: 17

 

El pecador y el Salvador

 

Señor,  tú lo sabes todo;  tú sabes que te amo Juan 2 1: 17. El Salvador y el Pecador

Si me amáis,   guardad mis mandamientos.  Juan 14: 15.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;  como yo os he amado,  que también os améis unos a otros Juan I 3: 34.

 

 

 

El Pecador y el Salvador

 

No mora el bien;  porque el querer el bien está en mí,  pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero,   sino el mal que no quiero,  eso hago. Romanos.  7:   I 8, 19.

 

El Salvador y el Pecador


Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.

2 Corintios 12: 9.

 

El Pecador y el Salvador

 

Señor: Auméntanos la fe.  Lucas 17: 5.

El Salvador y el Pecador

Pedid,  y se os dará;   Lucas 11: 9.

¿Qué padre de vosotros,  si su hijo le pide pan,  le dará una piedra? Lucas 11:11

Pues si vosotros,  siendo malos,  sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,   ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? Lucas II: 13.

Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia, benignidad, bondad,  fe,  mansedumbre,  templanza;   contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5: 22, 23.

 

El Pecador y el Salvador

Jehová Dios mío,  en ti he confiado;   Sálvame de todos los que me persiguen,  y líbrame.  Salmos 7: I.

 

El Salvador y el Pecador

 

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo jesús padecerán persecución;  2 Timoteo 3:1 2.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.  Mateo 5:  I 0. Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres,  también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios. Lucas 12: 8.

 

El Pecador y el Salvador

 

Sosténme,  y seré salvo.  Salmos 11 9:11 7. El Salvador y el Pecador

No temas,  porque yo estoy contigo;   no desmayes,  porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;   siempre te ayudaré,  siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

 

El Pecador y el Salvador

 

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida;   ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27:1.

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;  Tu vara y tu cayado me infundirán ali Salmos 23:4.

 

El Salvador y el Pecador

 

Yo soy la resurrección y la vida;  el que cree en mí,  aunque esté muerto, vivirá.  Y todo aquel que vive y cree en mí,  no morirá eternamente. ¿Crees esto? Juan 11:  25, 26.


De cierto,  de cierto os digo: El que oye mi palabra,  y me envió, tiene vida eterna;   y no vendrá a condenación,  mas ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24.

 

El Pecador y el Salvador

 

¿Dónele está,  oh muerte,  tu aguijón? ¿Dónde,  oh sepulcro,  tu victoria? Mas gracias sean dadas a Dios,  que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. I Corintios 15:55,5 7.

 

El Salvador y el Pecador

 

Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10. Ciertamente vengo en breve.

Apocalipsis 22:10. El Pecador y el Salvador Amén, sí, ven, Señor Jesús. Apocalipsis 22:10.

 

CÓMO LLEGAR A SER SALVO

 

Lea esta página cuando esté a solas con Dios,  y ruegue que llegue a conocer al Señor Jesucristo como su Salvador personal.  Un verdadero cristiano es alguien que cree con todo su corazón en el poder del Señor Jesucristo para perdonar todos sus pecados y que se entrega a Dios, su Señor,  y lo declara a sus amigos.  Siga estas sencillas instrucciones si usted quiere ser salvo:

Venga y confiese al Señor todas sus culpas y pecados. Él indica el camino que conduce a Dios.   ]esús le dijo:   "Yo soy el camino,  y la verdad, y la vida;  nadie viene al Padre,  sino por mí." Promete:   "y al que a mí viene,  no le echo fuera." Otra vez prometió,   "Si confesamos nuestros pecados,  él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,  y limpiarnos de toda maldad."

Crea en el poder del Señor Jesucristo para perdonar sus pecados. Sobre la cruz "él herido fue por nuestras rebeliones,  molido por nuestros pecados;  el castigo de nuestra paz fue sobre él,  y por su llaga fuimos nosotros curados." Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Con su corazón contrito y humillado,  diga al Señor:  Te recibo en mi corazón como mi Salvador personal.  He aquí la promesa:   "Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." He aquí otra promesa:   "Dios nos ha dado vida eterna;  y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo,   tiene la vida."

El próximo paso es declarar a sus amigos que el Señor Jesucristo lo ha salvado y que usted va a servirle.  Pídale a un verdadero cristiano que ore con usted.  Hable con él sobre los problemas que usted tiene.  Lea este folleto cada día y aprenda de memoria los versículos. Hable con Dios regularmente cada día. Asista a una iglesia,  donde encontrará otros cristianos que puedan ayudarle en su nueva vida.

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